jueves, 16 de octubre de 2008

un dia de invierno !!!

Como sabes mi amor, en esta época de invierno parece que la neblina sale de nuestros propios cuerpos, hace tanto frío que solemos apretujarnos unos con otros mientras dormimos. La verdad es que en estas noches de invierno de extraño más que nunca, creo que te extraño todos los días que paso encerrado en este lugar, ya sea verano, invierno o primavera. El otoño, es dolorosamente particular, pues recuerdo que es tu estación favorita del año, y es inevitable que me invada una nostalgia que se trasluce hasta cuando respiro.Ayer me veía en el espejo (uno de los pocos que hay en prisión) y pensaba en qué pudiste verme para enamorarte de mi. Vi la cicatriz que recorre mi mentón, mis cejas gruesas y los tatuajes que solía mostrarte orgulloso, y que hoy lucen tan viejos, tristes y opacos como yo. Recuerdo siempre tu risa cuando te decía que tal vez t enamoraste de mi fealdad. Tú reías de todo lo que yo decía. Amor mío, tu reías, y ese sonido era el único aliento que me bastaba para poder vivir. Hoy tu risa sigue sonando tan limpia y pura, como el primer día que te conocí. ¿Lo recuerdas? Ibas caminando por la calle de las magnolias, y la bolsa con manzanas que llevabas se rompió de repente, trataste de cogerlas tan rápido que se te seguían cayendo de las manos. Yo te veía de lejos y corrí a ayudarte, pero por el apuro me caí y tuviste que ayudarme a ponerme de pie. Luego caminamos juntos hasta tu casa y después de darme las gracias, me regalaste una. Nunca te dije que esa manzana se quedó durmiendo a mi lado hasta que se pudrió, pues no tuve el valor necesario para comérmela. Suelo recordar tantos detalles de aquellos años lejanos, que los días se me pasan volando.Piensa de vez en cuando en mi, pues cuando lo hagas, ten por seguro que yo estaré haciendo lo mismo, porque tu recuerdo es lo único que me regala esperanzas y me mantiene vivo en este lugar terrible, por eso te sigo escribiendo cada semana mi niña, y sigo leyendo tus cartas una y otra vez. Te amo mi  bella, mi dulce niña, te amo con el amor que no conoce de años ni prisiones.erica terminó de leer la carta en voz alta y se quedó contemplando a su madre. La anciana la miraba con sus ojos dis que pudiese entender el contenido de aquellas cartas, pero no le importaba. Iban dirigidas a su áfanoque siempre contemplaban el vacío, y no le dijo palabra alguna. Ya no hablaba desde hace cinco años, y  dudaba madre, y seguía leyéndoselas en voz alta todas las semanas, aún sin saber de quién venían. Nunca se lo pudo preguntar, pues ella se guardó siempre aquel secreto, y ahora, a los 75 años y enferma, era imposible que le devele el secreto de aquel amor triste de su juventud. Te amo mamita erica, le dijo, y después de guardar la carta junto a las demás, se despidió de su madre dándole un beso en la frente. Salió despacio y abandonó el asilo hospital, en la calle caía una tenue garúa, y mientras caminaba, iba pensando en la carta y en su remitente. Calculó que aquel hombre debería tener unos ochenta años, y le sorprendió, como cada semana, la lucidez de aquellas letras. Pobre viejo, pensó, sigue amando a mi madre a pesar de todos estos años, y sin saber que ella se casó hace mucho. Luego intentó repasar la respuesta que habría de escribir, pues le había prometido a su madre seguir respondiéndolas cada semana, mientras luis le siga escribiendo.

publicada por el poder del machete
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